Desde pequeños hemos escuchado relatos que tienen por escenario un bosque. Los cuentos clásicos de los hermanos Grimm o de Hans Christian Andersen, por ejemplo, suelen conducirnos por bosques profundos y misteriosos, donde los árboles se mueven o incluso hablan. Por fantástico que parezca, esa imagen no se encuentra muy lejos de la realidad. Es conocido por biólogos y especialistas forestales que los bosques conforman una especie de “red social”. Lo árboles son seres comunitarios que se comunican por señales imperceptibles a través de una red de hongos y raíces con el fin de compartir nutrientes, protegerse y conservar el equilibro del ecosistema.
Un ecosistema frágil que se ha reducido en Guatemala a menos del 30% de su territorio. Sabemos que los bosques son importantes proveedores de bienes para la sociedad; o que también son fundamentales para la regulación hidrológica y la mitigación del cambio climático. Sin embargo, poco hemos avanzado para detener el avance de amenazas como la deforestación.
Aunque se conocen las causas de la degradación de los bosques y pareciera que la sociedad y las instituciones actúan como si el desafío no pudiera abordarse, sabemos que también existen iniciativas que buscan aportar soluciones innovadoras desde ángulos más estratégicos. Soluciones que parten de la idea de que no podemos detener la reducción forestal sin mejorar la calidad de vida y las oportunidades económicas de la sociedad, a fin de que sus miembros estén más empoderados para la conservación de los sistemas forestales de los cuales dependen.
Ante esta realidad, Reforestemos México y Alterna lanzan para Guatemala el programa Joven Emprendedor Forestal (JEF), invitando a estudiantes vinculados a carreras agroforestales interesados en proponer emprendimientos conscientes que aseguren más y mejores bosques en el país. A través de la suma de conocimientos técnicos forestales y la capacitación de docentes y estudiantes para complementar proyectos de emprendimiento en beneficio de bosques y selvas latinoamericanas, JEF busca impulsar nuevos talentos que logren el desarrollo sostenible de la región.
Si los bosques son una red social cuya interconexión permite su funcionamiento, no podemos permanecer más tiempo desconectados de esa red. Es por eso que los jóvenes de carreras agroforestales juegan un papel importante. No son solo los profesionales que están adquiriendo los conocimientos técnicos y científicos para manejar los sistemas forestales; son, también, quienes pueden generar innovación implementando soluciones incluyentes e integrales mediante el restablecimiento de la relación de la sociedad humana con los bosques, sabiendo que solo se puede integrar a las comunidades al ciclo de conservación con mejores condiciones de vida, apostando por mejorar las oportunidades socioeconómicas de las personas.
No ignoramos que la situación actual de los bosques es más compleja cada día y solo podremos protegerlos si nosotros actuamos con su equilibrio. Hay esperanza si actuamos a tiempo con propuestas capaces de conectar prosperidad y calidad de vida con sostenibilidad y conservación forestal. Nos emociona pensar que los bosques siguen siendo espacios mágicos para nutrir la fantasía. Sin embargo, debemos recordar que conservarlos no es un cuento. Quizás así podamos, en el futuro, relatar la historia de cómo logramos protegerlos.
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